¿Está considerando mudarse a Puerto Rico? Es probable que le atraigan las impresionantes playas de la isla, su vibrante cultura y, por supuesto, sus atractivos incentivos fiscales. Puerto Rico ofrece un panorama fiscal único tanto para particulares como para empresas, lo que lo convierte en un destino atractivo para aquellos que buscan optimizar sus estrategias financieras. Esta guía completa proporciona una visión general de alto nivel de los beneficios fiscales disponibles en Puerto Rico, ayudándole a comprender las oportunidades y los requisitos para establecer la residencia o las operaciones comerciales en la isla.
Historia de los incentivos fiscales de Puerto Rico: De las Leyes 20 y 22 a la Ley 60
Los incentivos fiscales de Puerto Rico han evolucionado significativamente a lo largo de los años, y las Leyes 20 y 22 han desempeñado un papel fundamental en la atracción de nuevos residentes e inversiones. Estas leyes se diseñaron para estimular el crecimiento económico ofreciendo un tratamiento fiscal favorable a las empresas y a los particulares que cumplieran los requisitos.
Ley 20: Ley de Servicios de Exportación
La Ley 20, también conocida como Ley de Servicios de Exportación, proporcionaba incentivos fiscales a las empresas que exportaban servicios fuera de Puerto Rico. Las empresas cualificadas podían beneficiarse de un tipo impositivo del 4% sobre las sociedades, una exención del 100% en las distribuciones de dividendos y una exención del 90% en los impuestos sobre la propiedad.
Ley 22: Ley de Inversionistas Individuales
La Ley 22, o Ley de Inversionistas Individuales, tenía como objetivo atraer a personas con un alto patrimonio neto para que se trasladaran a Puerto Rico. Ofrecía una exención del 100% sobre los dividendos, los intereses y las ganancias de capital, lo que la hacía especialmente atractiva para los inversores que buscaban proteger sus ingresos de inversión de los impuestos federales estadounidenses.
Ley 60: El Código de Incentivos de Puerto Rico
En 2019, Puerto Rico introdujo la Ley 60, el Código de Incentivos de Puerto Rico, que consolidó múltiples incentivos fiscales, incluidas las Leyes 20 y 22, en un marco unificado. Si bien se conservaron los beneficios básicos de estas leyes, se implementaron varios cambios clave para abordar las preocupaciones sobre la equidad, el cumplimiento y el impacto económico.
Beneficios fiscales clave en virtud de la Ley 60
La Ley 60 ofrece una gama de beneficios fiscales tanto para las empresas como para los inversores individuales. He aquí un análisis más detallado de algunos de los incentivos más importantes:
Para empresas:
- Tipo impositivo reducido sobre la renta de las sociedades: Las empresas que cumplan los requisitos pueden beneficiarse de un tipo impositivo preferencial sobre la renta de las sociedades, a menudo tan bajo como el 4%.
- Exención en la distribución de dividendos: Los dividendos distribuidos por empresas puertorriqueñas elegibles pueden estar totalmente exentos del impuesto sobre la renta de Puerto Rico.
- Créditos fiscales para investigación y desarrollo: Las empresas dedicadas a actividades de investigación y desarrollo pueden optar a créditos fiscales.
- Incentivos para proyectos de energía renovable: La Ley 60 promueve las prácticas sostenibles ofreciendo incentivos para proyectos de energía renovable e inversiones en infraestructura verde.
Para inversores individuales:
- Exención sobre intereses y dividendos: Los intereses y dividendos obtenidos por los residentes de buena fe de Puerto Rico pueden estar totalmente exentos del impuesto sobre la renta de Puerto Rico.
- Exención de ganancias de capital: Las ganancias de capital acumuladas después de convertirse en residente de Puerto Rico también pueden estar exentas del impuesto sobre la renta de Puerto Rico.
Requisitos para optar a los incentivos fiscales de la Ley 60
Si bien los beneficios fiscales en virtud de la Ley 60 son sustanciales, es importante comprender los requisitos para calificar. Estos requisitos varían dependiendo de si busca incentivos para una empresa o como inversor individual.
Para empresas:
- Presencia física: Las empresas deben mantener una presencia física en Puerto Rico.
- Creación de empleo: Es posible que las empresas deban crear un cierto número de puestos de trabajo para los residentes puertorriqueños.
- Actividades elegibles: La empresa debe participar en actividades elegibles, como servicios de exportación o fabricación.
Para inversores individuales:
- Residencia de buena fe: Las personas deben establecer una residencia de buena fe en Puerto Rico, lo que incluye pasar al menos 183 días al año en la isla.
- Domicilio fiscal: Puerto Rico debe ser el domicilio fiscal principal de la persona.
- Participación en la comunidad: Es posible que las personas deban hacer contribuciones caritativas a organizaciones puertorriqueñas.
Navegando por las complejidades de la legislación fiscal de Puerto Rico
La legislación fiscal de Puerto Rico puede ser compleja, y es esencial buscar orientación profesional para garantizar el cumplimiento y maximizar sus beneficios fiscales. Estas son algunas consideraciones clave:
- Comprensión del Código de Rentas Internas de Puerto Rico: Familiarícese con el Código de Rentas Internas de Puerto Rico y las regulaciones pertinentes.
- Consulta con un profesional fiscal cualificado: Trabaje con un asesor fiscal que tenga experiencia en la legislación fiscal de Puerto Rico y pueda proporcionarle orientación personalizada.
- Manténgase al día sobre los cambios en la legislación fiscal: Las leyes fiscales están sujetas a cambios, por lo que es importante mantenerse informado sobre cualquier actualización o modificación.
Puerto Rico como jurisdicción con ventajas fiscales
A pesar de los cambios y el mayor escrutinio, Puerto Rico sigue siendo una jurisdicción atractiva para la optimización fiscal. Los beneficios en virtud de la Ley 60, aunque más regulados que antes, siguen permitiendo a las personas y a las empresas disfrutar de importantes desgravaciones fiscales en comparación con el resto de los Estados Unidos. Además, la condición política de Puerto Rico como territorio estadounidense significa que los residentes acogidos a la Ley 60 siguen siendo ciudadanos estadounidenses, pero no pagan impuestos federales sobre la renta procedente de Puerto Rico.
Sin embargo, con las regulaciones más estrictas, está claro que el gobierno puertorriqueño pretende garantizar que la isla se beneficie de la presencia de estas empresas y personas, en lugar de servir meramente como un paraíso fiscal.
Los incentivos disponibles en virtud de la Ley 60 hacen de Puerto Rico una opción atractiva tanto para las empresas como para los inversores individuales que buscan importantes ahorros fiscales. Tanto si está interesado en desarrollar su negocio como en trasladarse como inversor individual, ahora es el momento de aprovechar estas ventajas fiscales únicas.
Para una comprensión personalizada de cómo estos cambios pueden impactarle y beneficiarle a usted o a su empresa, programe una consulta fácil y en línea. En Sabalier Law, la abogada Alexandra Sabalier ofrece asesoramiento a medida y le ayuda a navegar eficazmente por el nuevo panorama fiscal. No dude en ponerse en contacto con nosotros y asegúrese de que está aprovechando al máximo los incentivos fiscales actualizados de Puerto Rico.